24 de mayo de 2011

Los Aches

Los aches fueron los hombres que nacieron en la región donde el Río Bringuidamo nace del Ethir Aluadin, que cruza el Viejo Mundo de este a oeste. Allí, donde los ríos moldearían la figura de un alto peñón entre lagos, su cultura prosperó. Los primeros asentamientos datan del comienzo de la Edad de los Elfos, aunque éstos aun tardarían en llegar hasta Aluadinia. Los aches se expandieron pronto por los territorios a ambas orillas del Ethir Aluadin, dominando la tierra que comprende desde las Altas Ered-Ilais, hasta las Montañas de Dölodar, salvo el Bosque de las Tres Lunas, desde donde los pielesverdes siempre los hostigaron.

Cuando los elfos de Laentis-Anne llegaron al Viejo Mundo, ocuparon la Península de Ëslinor, y fundaron el Reino de Eslián. Éstos explorarían todo el Viejo Mundo, levantando grandes ciudades, y por los siguientes ochenta mil años dominarían practicamente el continente.

Pero cuando comenzaban a explorar el Viejo Mundo, los elfos se encontraron con los aches. Ambos pueblos entablaron paz, y los elfos construyeron la ciudad de Lanthas, al noreste de las tierras de los aches, sobre el Río Bragano, donde comenzaban las Tierras de Balhan.

Aquellos fueron tiempos felices, los aches aprendieron muchas cosas de los elfos, y pronto adquirieron gran sabiduría, y su cultura fue floreciente. Sus territorios, bajo el abrigo de los elfos, se epxandieron hacia el norte de las Montañas de Dolodar y las Tierras de Balhan.

Pasado el Gran Cataclismo, que los aches sufrieron sin grandes consecuencias, y que pronto olvidaron, este pueblo creció mucho, y prosperaron sus primeras ciudades. Aluadinia fue siempre para ellos la capital de su cultura, pero grandes fueron también las ciudades de Reinora, Oslinath o Nundinae, que fue su primer puerto. Los aches comerciaron con los elfos de Laentis-Anne, y con los celtas, quienes convivían con ellos. Y por aquel entonces, además, tuvo buenas relaciones con los helenos, que vivían más allá de las Altas Ered-Ilais, al sur.

Más tarde, un gran número de aches que vivían en la Tierra de Balhan, muy lejos de Aluadinia, y con los lazos familiares olvidados, habían formado una propia y rica cultura. Se hacían llamar bahanos. Vivían en clanes, a lo largo de la meseta que divide el Río Bragano, y vivieron independientes de los aches.

Los balhanos fueron los primeros aches en sentir las consecuencias de la Guerra de los Mil Años, que acabaría con su cultura.

De las montañas descendieron los gonotes, una gran número de refugiados de una guerra que estaba arrasando su pueblo, muy al este, en un bosque entre montañas. De allí habían huído, y muchos habían ido a parar a la Tierra de Balhan. Los balhanos los aceptaron y dieron cobijo, y allí convivieron durante los siguientes cinco siglos...

Para cuando los vesorianos invadieron el Viejo Mundo en masa, nadie los estaba esperando. La guerra fue una auténtica masacre. Los gonotes huyeron, como hicieran sus antepasados, hacia el sur, internándose en las tierras de los aches, alcanzando incluso Aluadinia.

Y los balhanos, que combatieron junto a los elfos por la Tierra de Balhan, terminaron desapareciendo como cultura, pues fueron arrasados por completo...

Los aches que ocupaban la región central del Viejo Mundo, acogieron a los gonotes, y se alarmaron ante la amenaza de las bestias.Sus miedos no tardarían en hacerse realidad... En torno al Siglo II, antes del calendario del Viejo Mundo, muchos gonotes vivían a lo largo y ancho de los territorios de los aches. Sus culturas inevitablemente se mezclaron, pero los aches y los gonotes siempre guardaron su identidad como pueblo. Cuando las bestias conquistaran la ciudad elfa de Lanthas, y comenzaran su expansión por el Viejo Mundo, los gonotes y los aches se vieron obligados a ir a la guerra. Aquello fue otra masacre, en que los aches se vieron diezmados, y reducidos a sus territorios alrededor de las Montañas de Dölodar, y la gran mayoría se vio hacinada en la ciudad de Nundinae, oculatos en la cordillera, o exiliados hacia la Península de Ëslinor, debiendo abandonar Aluadinia para siempre...

Por aquel entonces los pridonios, los hombres que provenían de la Gran Isla, se encontraban en expansión. Sus huestes habían dominado la Tierra de Tronia, conquistando la ciudad de Esselnesse a los elfos, y amenazaban con tomar Nundinae. Además, combatían a los elfos también en el norte, en la Península de Ëslinor donde muchos aches huyeron, ocupando todo el este de la península.

Allí se vieron obligados a combatir con los pridonios, pero éstos pronto los dominaron, expulsándolos al sur, hacia las montañas y a Nundinae, su última resistencia.

Los pridonios y los elfos continuaron batallando, mientras los vesorianos atacaron por el este. Las bestias tomaron las Montañas de Dölodar, con legiones de poderoso demonios, y los aches huyeron aterrados.

Los únicos supervivientes alcanzaron Nudninae, y dijeron que eran los últimos. Ningún otro ache había sobrevivido fuera de la ciudad.

Desde entonces los aches vivieron en la Ciudad-Estado de Nundinae, que sufrió el azote de la guerra, pero logró mantenerse siempre defendida.

Los vesorianos conquistarían todo el Viejo Mundo, expulsando a los gonotes de lo que antaños fueran las tierras aches, y Aluadinia quedó al olvido. Todos vivieron en Nundinae, y los vesorianos, auqnue atacaron en multitud de ocasiones, no lograron hacerse con la ciudad. Los aches contaron con la ayuda de los elfos muchas veces, otras con la de los gonotes, y más tarde hasta con la de los pridonios, pues todos se habían unido para luchar contra las bestias.

Cuando terminó la guerra, la Ciudad-Estado de Nundinae fue la última resistencia ache, y éstos siempre vivieron en ella, llegando a ser uno de los mayores puertos comerciales de su época.



Elaces de apoyo:
Balhanos (en el Glosario de la Leyenda de Golöel)
Aluadinia (en el Glosario de la Leyenda de Golöel)


Plano de la expansión de los Aches hasta el comienzo de la Guerra de los Mil Años

17 de mayo de 2011

Odín, la Bella

Hoy vengo a hablaros sobre un personaje que me gusta mucho, Odín, la Bella, Señora de la Torre de Ihren, de quien se habla en las Crónicas de la Guerra de los Mil Años.
Este monográfico está incompleto, pues sé que después de lo narrado a continuación le siguieron pasando cosas a Odín, pero aun las desconozco, así que ya iré ampliando su historia.

Este texto lo escribí el otro día para mi glosario. 
Os advierto que si vais a leer el relato La Torre, esto os desvelará el final. Por ello os aconsejo no leerlo antes.

Ya me decís qué os parece!!



Odín fue una muchacha que nació en el Bosque Oscuro de Alorn-Toth, a comienzos del Siglo V, antes de que comenzara el calendario del Viejo Mundo. Cuando los vesorianos remontaron las monatñas, muchos gonotes se marcharon de donde nacieron, aunque muchos otros se quedaron en su bosque oscuro, en el que resistirían mucho.
Odín, que durante su juventud fue una muchacha muy hermosa, creció feliz, hasta que sus padres se marcharon del bosque. Huyeron hacia el norte, atravesando las montañas, hasta alcanzar Korro Odonen, la ciudad enana que éstos construyeron más al norte. Aquellas familias encontraron entre sus ruinas, pues habían sido abandonadas un siglo atrás, un hogar, y allí decidieron ocultarse, pues se creían rotegidos.
Allí vivió Odín, y con lo hermosa que era, conoció a muchos hombres, hasta que se enamoró de uno. Era un apuesto joven, que la amó mucho, y cuando eran ancianos, y éste murió, ella enloqueció. Se sumió en una tristeza tal, que le sumió en una profunda depresión. Aquel hombre había sido toda su vida, y ahora ya nadie la mimaría... Entonces decidió que ella no deseaba una vida así, sin aquél afecto, así que buscó la forma de tenerlo.
En algún momento fue que dio con un mercader, que vendía una planta que aseguraba la belleza más pura. Al parecer, si una mujer se ponía las flores de la planta a modo de pendientes, en ella brotaría la más infinita belleza. Al parecer, un demonio la había tocado, y le había dado aquellas propiedades mágicas...
Odín se hizo con la planta, y al probarse los pendientes, rejuveneció de súbito, volviendo a tener su hermosura de siempre. Se maravilló tanto con lo ocurrido...
Así, Odín, volvió a ser llamada la Bella. Desde aquello, ella siempre llevaba los pendientes, y permanecía joven por el día, pero al atardecer, los pendientes se marchitaban, y su magia moría con ellas, y ella volvía a ser una anciana.
Odín vivió así muchos años, pues la magia de las flores de aquella planta le hacía librarse de la muerte. Vio morir a muchos, que conoció de jóvenes, y las generaciones se sucedieron.
Dependió de aquellas flores, hasta el punto de obsesionarse y volverse una completa demente. En su ansia por evitar perder aquella planta, averiguó la forma de tener una fuente inagotable de su magia... Debía invocar al demonio que la había hechizado.
Así, Odín comenzó su búsqueda. Fue a la Torre del Recuerdo, que se encontraba muy al sur, y allí conoció los secretos de la demonología. En aquella torre que acababa en el cielo, donde habita el Dios del Recuerdo, se almacenan una gran cantidad de libros, de conocimiento... Y ella robó uno. Con ese libro logró aprender los secretos que guardan la clave para conectar con el inframundo, donde habitan los demonios...
Y al final, Odín regreso a la Torre de Ihren, y para seguir manteniéndose bella, invocó a un demonio. Era una riatura horrenda, que supo dotar a su planta de la magia capaz de hacerla hermosa, y joven, e inmortal...
En su obsesión, Odín tramó un plan para conseguir tantas flores mágicas como quisiera, y que no se le acabaran jamás. Se acercó a Ario, el joven que sería Señor de la Torre algún día, y logró que se enamorara de él. Así, ambos se casaron, Odín se convirtió más tarde en la Señora de la Torre de Ihren.
Como regalo de bodas, ella consiguió que Ario le regalara el jardín más gran posible de aquella planta, que daba sus flores favoritas. Y entre la Torre y el Bosque de las Bestias, a lo largo de todo el extenso valle que los separaba de donde habitaban las bestias, plantaron un jardín con aquella planta, y Odín se sintió enormemente complacida...
Había conseguido ser la Señora de la Torre, y tener tantas flores para mantenerse en el poder todo el tiempo que ella deseara...
Durante aquel tiempo mantuvo preso al demonio que había invocado en un libr mágico, cerrado con un candado. Pero una noche, la última que los gonotes vivieran en la Torre de Ihren, pues huirían tras la amenaza de las bestias, fue descubierta por su propio hijo.
Öddio, el hijo de Ario y Odín, liberó al demonio, y descubrieron que en realidad era una bruja, consumida por su propio delirio, y por una vejez oculta tras un hechizo.
Odín huyó de la Torre de Ihren, y fue volando hasta el extenso jardín a las afueras de ella. Entonces, los terribles guerreros vesorianos aparecieron, y entre ellos el mismísimo Ladrón de Almas...
Así, Odín, que fue conocida una vez como la Bella, se vio obligada a formar parte de la invasión que los vesorianos iniciaron sobre el Viejo Mundo, y que los llevaría a las Guerras de los Mil Años...




Darka.

13 de mayo de 2011

Península de Eslinor durante la Guerra de los Mil Años

Estos días estoy escribiendo el Palacio de las Cigüeñas, una de las Crónicas de la Guerra de los Mil Años. Los hechos narrados en el cuento acontecen durante el primer siglo antes del calendario de los hombres del Viejo Mundo. En esta época, cuando los pridonios ya han conqusitado a los elfos la Tierra de Laneo, y se ha creado la Marca de Utha, cuya defensa reside en Athal, Señor de Utha, transcurre la historia.

Pero el cuento me ha dado mucho qué pensar, y he trazado un plano histórico, con lo acontecido en la Península de Ëslinor durante la Guerra de los Mil Años, tras la cual los elfos se marcharían para siempre, y los hombres la llamarían la Península de Insidia...

Espero que os guste el mapa!


Península de Ëslinor
Durante la Guerra de los Mil Años


5 de mayo de 2011

Conversación entre Athal, de Utha, y el Rey Boabdin Segundo

Os presento un fragmento del relato llamado El Palacio de las Cigüeñas, una de las Crónicas de la Guerra de los Mil Años, que estoy escribiendo ahora. Espero pronto poder enseñárosla acabada!!
Este trocito es cuando Athal, Señor de la Marca de Utha, está hablando con Boabdin Segundo, Rey de Arkara, uno de los Cinco Reinos Bereberes.
El elfo ha llegado aquellas costas de Ülathar, donde habitan los bereberes, con la intención de abrir una nueva ruta comercial, y aprender de aquellos hombres que habitan el desierto...


Enlaces de apoyo:
Plano del Nuevo Continente de Ülathar
Plano del Mundo tras el Gran Caclismo (durante la Edad de los Hombres)
Atlas Histórico


(...)

- Es grandioso saber que tus antepasados lograron cruzar Los Desiertos de Arena, y alcanzar esta región de Ülathar... Debió ser una verdadera odisea... Me pregunto por qué lo harían, qué los movería a separarse del pueblo arabi, y alejarse tanto de sus tierras...

- ¿Ülathar, dices?- Le interrumpió el Rey.

- El Continente Nuevo de Ülathar, que pisamos ahora mismo. Así es como lo llamaron mis padres, cuando surgiera de las profundidades del Gran Océano, tras el Gran Cataclismo.

- ¿Cómo dices?- Preguntó el hombre al elfo, realmente sin comprender.- Esta tierra siempre ha estado aquí. Mucho antes de que mis antepasados la pisaran.

Athal sonrió, comprendiendo lo duro que debía ser para un hombre entender aquello.- Los hombres y los elfos somos muy diferentes.- Le dijo a Boabdin mirándole a los ojos.- Vosotros alcanzáis a vivir... ¿Cuánto? Los más viejos pueden morir a los sesenta años... Pero los elfos, a diferencia de los hombres, no morimos de viejos... Yo nací después del Gran Cataclismo, cuando el Mundo ya había cambiado.- Athal se entristeció.- Cuentan que el Mundo era muy diferente a como es ahora, cuando los hombres vivíais en grupos muy reducidos, y los elfos colonizaron todas las costas de todos los continentes. Pero por aquel entonces, estas tierras no existían. Aquí donde nos encontramos, no había más que océano...- El elfo calló un segundo, esperando a que el Rey digiriera aquello.- Pero ocurrió entonces el Gran Cataclismo, que lo cambió todo. Al sur del Viejo Mundo emergió todo un continente, de unas proporciones inmensas, y en su centro, se elevó hasta formar el monte más alto del mundo: un enorme volcán. Estamos pisándolo ahora.

- Pero... Tales sucesos... Jamás se supo de ellos. ¿Por qué?- Quiso saber Boabdin Segundo.

- Como te decía, los hombres no vivís mucho tiempo, vuestras generaciones se suceden a gran velocidad, y por ello concebís el tiempo de otra forma, más limitada... Cuando sucedió esto, los arabis, tu pueblo, habitaban las Selvas de Furia, que se extendían a lo largo de todo lo que hoy comprenden los Desiertos de Ceniza. Tu pueblo aun era joven, y por aquel entonces los relatos pasaban de padre a hijo, se exageraban, se hacían leyendas, o se olvidaban... Ha pasado muchísimo tiempo desde aquello, es probable que el relato de lo sucedido no os llegara.

- ¿Pero cómo es posible?- El Rey Boabdin estaba completamente atónito. No sabía si creer aquello, pero tampoco sabía por qué no creerlo. Era perfectamente posible.

- El por qué del Gran Cataclismo es largo de contar. Pero tras las erupciones volcánicas, las Selvas de Furia ardieron hasta reducirse a los Desiertos de Ceniza, en que siempre vivió tu pueblo.

- No puede ser...- Dijo simplemente el Rey.- ¿Y el volcán?

El elfo sonrió otra vez.- Se halla muy al sur de estas tierras, más allá del desierto. En el corazón de este continente, entre altas montañas, surge imponente el Gran Volcán, que alcanza una altura impresionante. Y en lo alto, en su cráter, vive Mëryl, el Dragón Dorado.- Athal le tomó por el hombro.- Yo tampoco lo he visto, pero créeme que existe...

 (...)



Extraído de El Palacio de las Cigüeñas
Crónicas de la Guerra de los Mil Años
Memorias Olvidadas
Darka Treake